lunes, 10 de agosto de 2009

Apuntes vacacionales y no. Determinar qué emoción es la adecuada.

Los estados de ánimo de un conjunto de personas, ya sean una pequeña empresa, una multinacional, o todo un sector (por ejemplo el turístico que conforman empresarios, agentes de viaje y proveedores) influyen de manera definitiva en la forma de proyectar nuestro futuro próximo. Al tiempo que durante la etapa de bonanza, la motivación del sistema nos impulsaba; durante épocas más difíciles, en las que la creatividad resulta más necesaria, si el estado emocional que nos rodea está anclado en la crisis (no sólo económica, sino de forma de pensar) éste acaba por mermar el talento y por influir en la calidad que proyectamos tanto dentro de nuestra organización como fuera de ella.

Todos somos clientes y como tales tendemos a solicitar cosas nuevas, diferenciadas y que sean efectivas para competir en el mercado. Y por esta misma razón, en primer lugar deberíamos pedirnos como clientes de nosotros mismos un estado de ánimo capaz de influir en la emoción colectiva de forma positiva; porque según pensamos, así nos sentimos, y, según nos sentimos, así pensamos.

El sector turístico, como casi todos los sectores económicos, atraviesa por importantes dificultades que nos pueden llevar al peligro de la resignación y el resentimiento, cuando deberíamos gestionar el aprendizaje y rodearnos de una emoción dispuesta al cambio (positivo) como una forma eficaz de relacionarnos y de cumplir nuestros objetivos. Bastaría con fijarse y comprobar quién colabora con ánimo de pensar en el futuro y ya trabaja para los años próximos, y quién no. Ahora bien, no se trata de exigir, sino de dar ejemplo y favorecer espacios emocionales expansivos que nos ayuden a remar juntos hacia la meta.

El crecimiento y hasta la misma supervivencia de una organización depende del aumento de la inteligencia emocional colectiva. Daniel Goleman.

Si hubiera algún lector, mi agradecimiento por su tiempo.
VALE. David Cáceres

Para saber más:
Goleman, D.; Inteligencia emocional, Editorial Kairós, 1995.
Fotografía: Regata de Jábegas en el Puerto de Málaga.

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